El diseño e impresion de carteleria no es cosa de aficionados

El fomento y la simplificación de los programas de diseño ha generado una especie de ola de expertos en imagen. O al menos eso parece. Cierto es que la generación de folletería para un pequeño local hoy lo puede hacer su propio dueño sin mayores costes y que puede lograr modelos originales y presentaciones respetables. Sin embargo cuando uno asiste a exposiciones y el trabajo experto se nota la malversación de conceptos que tiene uno encima al considerar que un programa de diseño intuitivo nos convertirá en diseñadores.

   Más allá de la cuestión del diseño, que requiere algunos conocimientos (tanto de desarrollo, armado y percepción de imágenes –teoría Gestalt de percepción-) e instrucción para poder realmente llegar a la innovación y a la expresión de conceptos; el trabajo aledaño, como ser la impresion de carteleria y el correcto trabajo con los proveedores es por demás importante.

   Como editor poseo conocimientos varios; lo cual es mucho de todo y nada de nada. Sin embargo me las rebusco con algunas publicaciones menores y trabajos independientes para empresas. Ante tales experiencias es cuando uno puede percibir entonces la importancia de proveedores de calidad y de que no sólo es dificil saber ya de por sí qué decir, sino que cómo decirlo es, desde ya, todo un arte.