lunes, 24 de enero de 2011

La 12 edición de Bienal Fotografía se inauguró en Córdoba

El viernes 21 de enero se inauguró la décimo segunda Bienal de Fotografía en la ciudad andaluza de Córdoba. En total, son trece los espacios públicos y privados, repartidos en distintos lugares de la ciudad, que albergarán las quince exposiciones con las que cuenta el evento.

La inauguración de la Bienal fue en la Sala Vimcorsa, el pasado viernes 21 de enero. Diversos artistas de China, Oriente Próximo, Corea del Sur y Turquía, exhibirán su visión del momento histórico actual de Asia, así como su cultura, sus costumbres y particularidades.

En esta edición de la Bienal de Fotografía el objetivo será mostrar un contrapunto entre Oriente y Occidente. A través de la imagen, se abordarán algunas de las similitudes que existen entre Asia y Europa, así como las diferencias lógicas que hay entre los dos continentes.

Algunas de las muestras más interesantes se verán en Vimcorsa, por ejemplo, donde Wang Oingsong presenta una retrospectiva titulada “Follow me”. Por otra parte, la Diputación se exhibe “Imagine… Imagine Istanbul”, de las artistas Ilke Veral Coskuner y Zülal Ersen, de Turquía.

 En la Casa Góngara, se muestra “Jardines de arena”, una colectiva que fusionó distintas imágenes que habían sido tomadas a finales del siglo XIX  por un grupo de fotografos profesionales, siguiendo algunos parámetros que extrajeron de la documentación fotográfica de Oriente Próximo. 

La XII Bienal de Fotografía ya comenzó. Hasta el 10 de marzo de 2011 se podrán apreciar las obras de muchos artistas que, con su sensibilidad, nos permiten reflexionar a partir de una imagen que, muchas veces, vale más que mil palabras.

Más información: http://reporteroschc.com

viernes, 21 de enero de 2011

El húngaro Bence Máte se quedó con el Premio FotoCAM

En el día de ayer, el húngaro Bence Máte ha logrado el Premio Especial FotoCAM 2010 de fotografía de naturaleza, con lo cual fue premiado con 6.000 euros, al consagrarse por su fotografía instantánea "The caravan", la cual refleja una hilera de hormigas que cargan pétalos de flores de distintos colores y que aparecen reflejadas en el agua. 

Esto lo hizo público Caja Mediterráneo (CAM), la empresa organizadora del certamen a través de su área de Obra Social, que reunió a diferentes fotografos profesionales en lo que fue el decimosexto concurso de fotografía de naturaleza FotoCAM 2010.

En concreto, la cantidad de participantes ascendió a 1.894 fotógrafos de 36 países que acudieron en la actual edición, en la que se han recibido 17.576 instantáneas, superando nuevamente los récords de otros años, algo que viene sucediendo certamen tras centarmen. 

La resolución fue tomada mediante el gestor de Medio Ambiente de la Obra Social CAM, Octavio Vicent, y el presidente del jurado, José Benito Ruiz.  Este concurso sólo es superado en Europa por el prestigioso Wildlife Photographer of the Year, puesto que este se convirtió por participación y por la calidad de los trabajos presentados al mismo, en uno de los más importantes del mundo.

Hubo ocho categorías entre las cuales se encontró una línea de conexión entre la fotografía y el Paisaje, Fauna, Vegetación, Submarina, Creativa, Hombre y Naturaleza, Macrofotografía y Biodiversidad. Las dos últimas fueron creadas para la edición de este año y en cada una de las cuales el jurado elige a un finalista y a un ganador.

Los ganadores de cada una de las áreas a concurso reciben un premio de 1.500 euros y un diploma, mientras que los finalistas se embolsan otros 500. El Premio Especial FotoCAM 2010, dotado con 6.000 euros, ha sido escogido entre los vencedores de cada una de las categorías.

Más información: http://reporteroschc.com

miércoles, 12 de enero de 2011

Los instrumentos musicales y una versión futurista

La proliferación de consoladas de video que emulan la ejecución de instrumentos, tales como la guitarra o la batería, plantea un gran interrogante: ¿busca la industria del video juego acaparar un nicho de mercado entre jóvenes y adolescentes amantes de la música?

Hay una realidad irrefutable: todo pasatiempo tiene como objetivo quedarse con los ratos de ocio de las personas. Así como no se puede ver una película mientras se ve un partido de fútbol, tampoco se puede perfeccionar el arte de ejecutar un instrumento mientras se pasan horas jugando a ser estrellas de rock.

Siempre que se aborda el tema de los grandes avances tecnológicos y sus consecuencias cognitivas y culturales, hay dos miradas bien marcadas y diferenciadas: una apocalíptica y otra integrada, según los conceptos del semiólogo italiano Umberto Eco. 

Los apocalípticos señalarán este tipo de juegos como una involución, como una amenaza que puede acabar con años de tradición. Despreciarán cualquier tipo de aspecto positivo o didáctico, e incluso estarán atentos a una eventual caída en la venta de instrumentos musicales en Madrid, por ejemplo, para justificar su teoría. 

Por su parte, los integrados se deslumbrarán con los avances tecnológicos por sí mismos, se mantendrán al margen de cualquier tipo de análisis sociológico y su única crítica apuntará a la calidad del juego en cuestión. Los más acérrimos defensores de esta teoría, sostendrán que los chicos aprenden de música mediante estos simuladores. 

Sea cual fuere la mirada sobre el mismo fenómeno, estos juegos de video llegaron para quedarse. Sin embargo, todavía no se puede comparar  la infinita variedad de sonidos que logra una guitarra, un bajo o una batería, con las bondades de sus alter egos de juguete. Quizá en el futuro esta sea una discusión válida, pero faltan muchísimos años para eso.